Por Alessandro Bazzoni
La Escuela Fletcher de la Universidad de Tufts, en asociación con Mastercard, ha presentado el Índice de Inteligencia Digital, que traza los progresos que han logrado los países al hacer avanzar sus economías digitales, fomentar la confianza e integrar la conectividad en la vida de miles de millones de personas.
Basándose en ediciones anteriores de 2014 y 2017, el índice de este año presenta un panorama del desarrollo digital mundial, arroja luz sobre los factores clave que conducen el cambio y el impulso, y expone lo que esto significa para las economías que se enfrentan a los desafíos de un futuro mundial pandémico y post-pandémico.
En particular, las economías digitales más dinámicas — como las de Estados Unidos, Corea del Sur, Taiwán, los Emiratos Árabes Unidos y Alemania — superaron significativamente la tasa de crecimiento de la OCDE en el segundo trimestre de 2020 en medio del confinamiento mundial1. Estas se caracterizan por los altos niveles de talento disponible, la activa colaboración en I+D entre la industria y el mundo académico, y un sólido historial de creación e incorporación de productos digitales a la corriente dominante.
Bhaskar Chakravorti, director ejecutivo del Instituto para los Negocios en el Contexto Global en Fletcher, dijo: “La pandemia puede ser la prueba más pura del progreso del mundo hacia la digitalización hasta la fecha, demostrando en los términos más crudos posibles cómo las economías digitales dinámicas han sido más resistentes a la agitación económica y están mejor posicionadas para el crecimiento futuro”.
Otros hallazgos clave incluyen:
- Con casi dos tercios de la población mundial en línea hoy en día2, estamos entrando en una fase de “después del acceso”, donde el acceso por sí solo no es suficiente. Aspectos como la calidad del acceso, el uso eficaz de las tecnologías digitales, las instituciones responsables, sólidas políticas de gestión de datos y el fomento de la confianza son factores de mayor importancia para determinar la competitividad y la sostenibilidad digitales.
- Los jóvenes de las economías emergentes están demostrando altos niveles de compromiso digital, lo que constituye un punto positivo para los gobiernos que intentan ampliar la digitalización en sus economías.
Ajay Bhalla, presidente de Cibernética e Inteligencia en Mastercard, dijo, “Nunca antes ha habido una necesidad tan aguda de entender los factores que impulsan la digitalización y la confianza digital. Con ese conocimiento, las empresas y los gobiernos pueden trabajar juntos para ayudar a los 7,600 millones de personas de todo el mundo a beneficiarse de las enormes oportunidades que puede
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ofrecer una economía digitalmente avanzada”. Aunque hoy en día hay muchas cosas que siguen siendo inciertas, está claro que el éxito digital será un elemento clave en nuestra recuperación colectiva”.
Perspectiva mundial sobre la confianza y la evolución digitales
El índice de este año se centra en dos componentes: la Evolución Digital y la Confianza Digital. La Evolución Digital captura el impulso histórico de una economía desde el pasado físico hasta el presente digital. La Confianza Digital es el puente que conecta su viaje del presente digital a un futuro digital inteligente e inclusivo.
Al cartografiar el 95% de la población mundial en línea, basándose en datos acumulados a lo largo de 12 años, el cuadro de mando (o scorecard) de la Evolución Digital mide 160 indicadores en 90 economías tomando en cuenta cuatro pilares fundamentales: el entorno institucional, las condiciones de la demanda, las condiciones de la oferta y la capacidad de innovación y cambio. Éstos se dividen en cuatro categorías:
- Economías Destacadas: Singapur, Estados Unidos, Hong Kong3, Corea del Sur, Taiwán, Alemania, Estonia, Emiratos Árabes Unidos, Israel, República Checa, Malasia, Lituania y Qatar – están muy avanzadas digitalmente y muestran un gran impulso. Son líderes al impulsar la innovación, aprovechando sus ventajas existentes de manera eficiente y eficaz.
- Economías Contenidas: países como Suecia, Reino Unido, los Países Bajos, Japón y Canadá son economías digitales maduras con un alto estado de adopción digital a pesar de la ralentización del impulso digital. Tienden a compensar la velocidad con la sostenibilidad y suelen invertir en la expansión de la inclusión digital y en la creación de instituciones sólidas.
- Economías Emergentes: China4, India, Indonesia, Polonia y Rusia están evolucionando rápidamente. Gracias a su impulso y un margen de crecimiento significativo suelen ser muy atractivas para los inversionistas.
- Economías a Observar: países como Nigeria, Uganda, Colombia, Perú, Pakistán y Sri Lanka padecen de una falta de infraestructura. A pesar de ello, los jóvenes muestran entusiasmo por un futuro digital con un mayor uso de los medios sociales y pagos móviles.
El scorecard de la Confianza Digital mide 198 indicadores en 42 de las economías del índice a través de cuatro pilares clave: comportamiento, actitudes, entorno y experiencia.
- Economías como Brasil, Colombia y México están comenzando a ganar impulso en laspuntuaciones de comportamiento, demostrando un compromiso sustancial en los medios sociales y otras nuevas tecnologías.
- Economías como China, Indonesia y Vietnam tienen actitudes cada vez más favorables sobre su futuro digital, impulsadas por la rápida expansión de la adopción y las oportunidades digitales.
- Economías con enfoques más maduros sobre la digitalización y la formulación de políticasconexas, como Suecia, los Países Bajos y Dinamarca, comparten medidas que fortalecen elentorno de confianza, como políticas de privacidad, seguridad y responsabilidad. Los ciudadanos de esos países tienden a tener actitudes más optimistas en cuanto al futuro de la digitalización.
- Economías como la de los Estados Unidos, Hong Kong, Taiwán, Corea del Sur y Singapurproporcionan a los ciudadanos una experiencia fluida y sin contratiempos, entregando el santo grial de la infraestructura avanzada, amplio acceso y una interacción incomparable. Esta experiencia va acompañada de altos niveles de compromiso, lo que ofrece a estas economías una clara ventaja en un futuro que irá “más allá del acceso”.
Por Alessandro Bazzoni