Inicio Argentina La diabetes: el mal que más afecta a los niños

La diabetes: el mal que más afecta a los niños

41190
Hospital “J.M de Los Ríos”

La diabetes es la enfermedad no transmisible más frecuente en los niños y un problema de salud pública, debido al impacto económico que constituye para los sistemas sanitarios, los pacientes y familiares, dado el elevado costo de las insulinas y los insumos necesarios para el tratamiento y control de esta condición.

Así lo afirmó la endocrinóloga María Esperanza Velásquez, médico adjunto del Hospital “J.M de Los Ríos”, quien señaló que “aunque las cifras parecieran sugerir que se trata de un problema menor respecto a la prevalencia e incidencia en adultos, cada año crecen los casos nuevos en niños y adolescentes a una tasa promedio de 3.9%”, en todo el mundo.

En Venezuela no existen cifras actualizadas al respecto, por lo que se desconoce cuántos niños viven con esta enfermedad en el país. Sin embargo, se calcula una incidencia de 0,1 por cada 100 mil menores de 14 años y una tasa promedio de 3% nuevos casos cada año, según los últimos reportes de la Federación Internacional de Diabetes (IDF, por sus siglas en inglés).

Velásquez señaló que “en la Unidad de Diabetes del Hospital “J.M de Los Ríos” acuden a control regular cerca de 400 pacientes anuales, con un promedio de 3 a 5 nuevos por mes”. La diabetes tipo 1 es la más frecuente en esas edades y ocurre por la destrucción de las células beta del páncreas que producen insulina, por lo cual, para su tratamiento se requiere de la colocación de esa hormona varias veces al día.

“En años anteriores veníamos evidenciando la presencia de diabetes tipo 2 en los niños que acudían a nuestras consultas, asociada a la obesidad, pero en los últimos años vemos con menor frecuencia niños obesos y este tipo trastorno metabólico (más común en adultos), que se trata con antidiabéticos orales o insulina, según sea el caso”, indicó.

No obstante, señaló que “de continuar las tendencias actuales, en 2020 el número de niños diabéticos se habrá duplicado respecto a las cifras imperantes en 2005 en menores de 5 años, y la proporción de crecimiento en menores de 15 años será del 70%. Esto quiere decir que cada año se registrará un incremento de la enfermedad en el edades pediátricas, de manera que la cifra rondará los 160 mil casos nuevos a fines de la presente década”.

Complicaciones agudas

La endocrinóloga infantil resaltó que las complicaciones agudas de la enfermedad, como la hipoglicemia (niveles bajos de azúcar en la sangre) y la cetoacidosis (aumento de la glucosa), son causa importante de morbimortalidad en este grupo de pacientes, “pero las crónicas, consecuencia del mal control metabólico y que ocasionan daños en los riñones, problemas cardiovasculares y neurológicos, constituyen un serio problema de salud  pública”.

Comentó que “para el año 2015 la IDF estimó que 5 millones de muertes eran atribuibles a esta causa más que al VIH/Sida, la malaria y tuberculosis combinadas”. En 2011, la Organización de Naciones Unidas (ONU) reconoció el alto impacto de las enfermedades no transmisibles (ENT) y la necesidad de prevenir el incremento de la epidemia de diabetes.

Asimismo,  en 2013 aprobó por unanimidad nueve objetivos para la prevención de las ENT a ser alcanzados en 2025, entre los que se incluye el 0% de aumento de la prevalencia de esta condición metabólica, cuya forma más frecuente de manifestación en los  niños es aguda.

Las señales más comunes frente a las que conveniente realizar una consulta médica son: sed extrema, aumento del apetito, deseos de orinar frecuentemente, enuresis nocturna (niños que ya controlaban sus esfínteres y comienzan a mojar la cama) y pérdida de peso. Con el paso de los días puede asociarse dificultad respiratoria progresiva, dolor abdominal, náuseas y vómitos.

La doctora María Esperanza Velásquez, explicó que el diagnóstico se basa en los síntomas ya mencionados asociados al hallazgo de cifras de glicemia mayor a 126 mg/dl en cualquier momento del día. Con respecto a los cuidados que deben tener estos pacientes, indicó que lo primero es el cumplimiento de las instrucciones médicas, indispensable para el manejo de la enfermedad y sus complicaciones.

“Los niños con diabetes no tienen contraindicaciones para ninguna actividad deportiva o recreativa y pueden incorporarse a sus labores cotidianas, con la supervisión de sus cuidadores, hasta cuando puedan hacerlo por sí mismos en la medida en que crecen y maduran”, aseguró.