Cuando se ejecutan técnicas para garantizar el cumplimiento de las expectativas del cliente en cada uno de los procesos productivos de la empresa, se le llama control de calidad. Esto puede aumentar la productividad, ventas y asegurar el bienestar de los consumidores, tres factores indispensables para preservar la buena salud a nivel nacional y optimizar el sector empresarial.
Otros de los beneficios asociados, son: la reducción de quejas por parte de los usuarios, así como la disminución de costos y mermas relacionadas a la producción. Además, el cliente obtendrá la seguridad de adquirir un producto en el que la inocuidad reinará.
Es por ello que empresas como el Consorcio Oleaginoso Portuguesa (COPOSA) han incluido este tipo de procesos desde sus inicios. Marisol Rodriguez, gerente de Aseguramiento de Calidad de la compañía, destacó que ésta “ha sido una de las primeras organizaciones que ha contado con el sello oficial de calidad NORVEN, además de cumplir con cada uno de los procesos de Auditorías de Gestión de Calidad”.
¿Cómo llevar a cabo un buen control de calidad?
Los pasos para triunfar en este tipo de procedimientos son: el análisis, para estudiar todos los factores a mejorar de la empresa; el control, en el que se procederá a llevar a cabo un plan de acción para optimizar la calidad; y las auditorias, ideales para cerciorarse de que todo marche efectivamente.
“El seguimiento de estos métodos se basa en la satisfacción del consumidor y en la mejora continua, esto nos ha permitido mantener e incluso incrementar nuestra cartera de clientes.” destacó Rodríguez.
Producir un producto seguro para la salud, que sea realizado bajo estrictos sistemas de inocuidad, es indispensable sobretodo en la situación actual nacional. Por ello, la especialista en la materia resaltó que, “independientemente del momento en que se encuentre el país, la calidad no debe dejar de ser primordial en los procesos productivos de toda corporación”.
