A finales de los años 60, Volkswagen se enfrentaba a un reto provocado por la disminución de las ventas del icónico Beetle. El concepto de vehículo clásico con tracción trasera y refrigeración por aire parece haberse agotado y la dirección y los empleados están inquietos. La necesidad de un nuevo modelo que pudiera competir en el incipiente mercado de los compactos era urgente; y las expectativas, muy altas.
Sólo un paso muy valiente puede ayudar: la sustitución del Beetle debía afrontarse radicalmente, con un desarrollo completamente nuevo. Volkswagen estaba dispuesta a explorar nuevos caminos: refrigeración por agua en lugar de aire, motores en línea en lugar de bóxer, tracción delantera en lugar de tracción trasera, diseño funcional en lugar de curvas divertidas…
Tres prototipos para definir el nuevo modelo
Para entender la historia del Golf hay que remontarse a 1969. Volkswagen encargó a Porsche un coche para reemplazar al mítico Beetle. De esta forma se creó el prototipo EA 266 con carrocería autoportante, gran maletero y motor central refrigerado por agua, situado bajo el asiento trasero. Sin embargo, su desfavorable ubicación dificultaba el acceso para los trabajos de reparación y mantenimiento. No obstante, el EA 266 ofrecía unas prestaciones muy deportivas con una velocidad máxima de 187 km/h.
El proyecto se detuvo en octubre de 1971. Encargado bajo el entonces jefe de Volkswagen, el Dr. Kurt Lotz; su sucesor, Rudolf Leiding, tomó la decisión de no producir el EA 266, cuya fabricación habría sido muy costosa. En ese momento ya estaba listo para la producción en serie y ya se habían construido más de 50 vehículos.
El siguiente paso fue el EA 276, ya desarrollado en Wolfsburg. Este modelo incorporaba muchos elementos que luego llegarían al Golf: motor delantero con tracción delantera, carrocería fastback con gran maletero, eje de torsión y depósito de combustible bajo el asiento trasero. Sin embargo, bajo el capó se encontraba el conocido motor bóxer del Beetle con refrigeración por aire –primaba la fiabilidad y los bajos costes de desarrollo–. El llamativo diseño de la carrocería de tres puertas no se basaba en ningún otro Volkswagen conocido hasta la fecha y solo se fabricó una unidad funcional.
El rumbo para el futuro Golf vino influenciado desde Ingolstadt, en la sede de Audi. Allí, Rudolf Leiding era el responsable de los modelos 80 y 100 de la marca de los aros, ambos propulsados por una mecánica de cuatro cilindros en línea refrigerada por agua y unas líneas de diseño rectangulares. Este concepto de propulsión fue el que trajo consigo cuando pasó a Volkswagen en 1971 y que impulsó el proyecto Golf, bajo un nuevo prototipo, el EA 337. En este momento, Giorgetto Giugiaro, creador del Passat y el Scirocco, ya tenía el encargo de dibujar el Golf bajo la dirección del diseñador jefe Herbert Schäfer. En marzo de 1974, tras solo cuatro años, el primer Golf sale de la línea de producción de la factoría de Wolfsburg.
El diseño de un icono
El propio Giugiaro rememora cómo fue el inicio de su colaboración con Volkswagen. “Kurt Lotz, visitó el Salón del Automóvil de Turín en 1969 junto con otros miembros de la junta directiva. La delegación hizo una lista de los seis vehículos que más les gustaron y yo había diseñado cuatro de ellos. Días después sonó el teléfono de mi entonces joven empresa Italdesign. El importador general italiano me dijo: «¡Quieren que vengas a Wolfsburg!»; y allí fui, en enero de 1970”.