Por Francisco Dagostino
La reducción de la huella de carbono es un aspecto crucial en la lucha contra el cambio climático, ya que la producción ecológica tiende a generar menos emisiones de gases de efecto invernadero.
Durante el transcurso del año 2022, la superficie destinada a la producción orgánica en España experimentó un incremento del 1,5 %, alcanzando un total de 2.675.331 hectáreas. Este aumento posiciona al país con un 11 % de su superficie agraria útil dedicada a la agricultura sostenible, consolidándose así entre los diez principales productores por superficie tanto dentro de la Unión Europea como a nivel global.
En cuanto a la distribución a nivel regional, Andalucía se destaca como la comunidad autónoma con mayor extensión de tierras dedicadas a la agricultura verde, abarcando el 47,33 % del total nacional. Le siguen, aunque a mayor distancia, Castilla-La Mancha con un 15,42 % y Cataluña con un 9,60 %.
Este crecimiento continuo refleja el compromiso de España con la producción orgánica y su posición como líder en el sector a nivel internacional, fortaleciendo la economía agrícola del país y fomentando prácticas sostenibles en la agricultura.
Este enfoque más sostenible no solo responde a la creciente demanda de productos agrícolas ecológicos por parte de los consumidores conscientes, sino que también coloca al país y especialmente a Mallorca en una posición destacada a nivel europeo en la adopción de prácticas respetuosas con el medio ambiente.
La agricultura y ganadería sustentable están experimentando un notable auge en la isla, reflejado en un crecimiento del casi 10 % en solo dos años. Las 33.629 hectáreas dedicadas a la producción representan un aumento del 7,2 % en comparación con datos de hace dos años. Este fenómeno ha llevado a que, en 2022, el 17,5 % de la superficie agraria útil se destine a la agricultura ecológica, marcando un paso firme hacia el objetivo europeo del 25 % para el año 2030.
Estos datos, resaltados por el Observatorio de Sostenibilidad de Mallorca en el marco del Día Mundial del Suelo, designado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, indican un compromiso creciente con prácticas agrícolas más sostenibles. Desde la Sociedad Española de Agricultura Ecológica y Agroecología destacan que el sistema del manejo del suelo no solo protege contra la erosión, sino que también mejora su fertilidad y contenido de materia orgánica.
Por su parte desde Apaema (Associació de la Producción Agrària Ecològica de Mallorca), señalan que la región está encaminada a alcanzar el 20% de la superficie agraria útil dedicada a cultivos orgánicos, posicionandola entre los líderes europeos en esta transición. Aunque no se encuentra en el primer o segundo lugar, la isla se sitúa en la tercera o cuarta posición en términos de superficie agraria dedicada a la producción sustentable en Europa.
“Los productos amables con el medio ambiente son la elección ideal para aquellos que desean una agricultura sostenible y respetuosa”, comentan en TNF Carbocalidad.
Este incremento también se refleja en el número de agricultores y ganaderos que han adoptado prácticas ‘eco’, sumando un total de 888 operadores comprometidos con un enfoque más sostenible.
El crecimiento de la agricultura sostenible no solo se traduce en cifras de superficie agraria, sino que también conlleva beneficios ambientales significativos. La isla ha pasado de 31.425 hectáreas en 2020 a 33.629 hectáreas en 2022, sumando más de dos mil hectáreas nuevas dedicadas a la agricultura y ganadería sustentable. Este cambio no solo representa un aumento de la producción sostenible, sino que también contribuye a una reducción del 20 % en la huella de carbono en comparación con las prácticas agrícolas y ganaderas convencionales.
La agricultura ecológica no solo es un testimonio del compromiso de Mallorca con la sostenibilidad, sino que también representa un paso significativo hacia un futuro agrícola más consciente. Con la dedicación de un creciente número de agricultores y ganaderos, la isla está contribuyendo activamente a la construcción de un paisaje agrario más equitativo y respetuoso con el medio ambiente.
Por Francisco Dagostino