Lundbeck, compañía farmacéutica global especializada en enfermedades del cerebro, ha presentado en rueda de prensa la campaña #UnidosContraElEstigma por el Día Mundial de la Salud Mental en la que varios expertos han compartido los resultados de un experimento sobre el estigma del trastorno mental en la Inteligencia Artificial (IA). En concreto, se ha demostrado el sesgo real en la generación de imágenes de personas que sufren trastorno mental. En el caso de la depresión, está asociada a una persona apática, triste, incapaz de disfrutar en su día a día, y en el de la esquizofrenia se les representa fuera de sí.
Axel Gasulla, Co-Founder & Managing Director de Domestic Data Streamers, ha explicado que con esta colaboración entre Lundbeck y Domestic Data Streamers han querido explorar si el estigma social en salud mental se traslada también a la tecnología y, en concreto, a la IA. “El resultado ha sido más preocupante de lo esperado, ya que hemos comprobado que esta tecnología no solo representa a la persona que padece enfermedad mental con aspecto deteriorado, triste o violento, sino que se extiende a todo su entorno; por ejemplo, si aparece un perro, este adopta una caracterización violenta”.
Este experimento demuestra, por tanto, que la IA y las imágenes asociadas a estas patologías son el resultado del estigma que persiste en nuestra sociedad y que se traslada también a la tecnología. Para revertir estos resultados, en opinión de Domestic data Streamers, es necesaria la colaboración entre expertos en campos diversos -en este caso el de la salud mental y las empresas tecnológicas- para que la tecnología se ajuste a unos parámetros éticos aceptables.
Estigma y exclusión social
El espejo social en el que se mira la persona que sufre un trastorno mental es más duro muchas veces que la propia enfermedad. Se trata del autoestigma, que se produce cuando las personas que tienen un trastorno mental asimilan los estereotipos que se les atribuyen socialmente, los asumen como propios y se los autoatribuyen. Tanto que el doctor Celso Arango, director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Gregorio Marañón, ha asegurado que más del 50% de las personas con trastorno mental no acude nunca a un profesional y el estigma es uno de los motivos. “Tenemos pacientes que nos transmiten que les produce un mayor sufrimiento y desgaste el rechazo que perciben de la sociedad que los propios síntomas de la enfermedad. El estigma en muchos casos no es una variable más añadida a la carga de la enfermedad mental, sino la principal”.
Actualmente, según la OMS, un 12,5% de los trastornos de salud están relacionados con la esfera de los trastornos mentales y se estima que se convertirán en la principal causa de discapacidad en el mundo en el 2030.
El estigma es una barrera relevante para la atención y la integración social de las personas afectadas por enfermedades mentales. Los prejuicios y estereotipos generan actitudes de rechazo, aislamiento y discriminación contra este colectivo, lo que está estrechamente ligado a su exclusión social. Se estima que más de la mitad de las personas con trastorno mental que necesitan tratamiento no lo reciben, y un porcentaje significativo no recibe el adecuado[i] y que 8 de cada 10 personas con problemas de salud mental no tienen empleo (83,1%)[ii].
Según datos del informe sobre el estigma y discriminación en salud mental en el mundo, elaborado por The Lancet Commission on ending stigma and discrimination in mental health[iii], elaborado por la cátedra de la Universidad Complutense-GRUPO 5, las profesiones que más estigmatizan a las personas con trastornos mentales son los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, las administraciones de justicia y los propios sanitarios. En el otro lado, entre las más empáticas con este colectivo, se sitúan los trabajadores sociales, voluntarios y profesionales de la enseñanza.
Concienciación social para acabar con el estigma en enfermedad mental
En palabras del Dr. Arango, los prejuicios influyen muchísimo en la calidad de vida, diagnóstico, manejo y tratamiento de la enfermedad mental, por lo que, en su opinión, estas campañas de concienciación son muy necesarias. “La inmensa mayoría de las veces basta con saber transmitir el daño que estamos haciendo a un tercero, ponernos en la piel del otro para hacernos reflexionar, no hay mejor herramienta para combatir el estigma que una educación socioemocional basada en el respeto a la diversidad”.
Antonio Serrano, coordinador de Amb Experiència Pròpia, movimiento asociativo que promueve el empoderamiento de las personas con enfermedad mental, ha sido el encargado de poner voz en primera persona a los sentimientos de los afectados, transmitiendo que existe un micro estigma en su día a día y por ello se sienten sospechosos habituales sin presunción de inocencia. “Las personas que saben que has pasado o pasas por un problema de salud mental te hablan diferente, su tono es diferente, su mirada es diferente, todo es diferente en el trato. Y si esto pasa y lo percibes y no estás suficientemente empoderado y recuperado, caes en la culpa y te auto estigmatizas”, razona.
El principal reto para acabar con los prejuicios adquiridos por el resto de la sociedad es, en opinión de Antonio, normalizar desde la base hablar sobre salud mental. “Tenemos que conseguir hacer ver de manera transversal a través de todo el ciclo formativo a los niños y niñas que es bueno hablar de emociones, que es bueno expresar emociones, que han de saber identificar la emociones, que sean conscientes, tanto ellos como los adolescentes, que todos podemos tener un problema de salud mental y que, si lo tenemos, no vamos a ser un bicho raro, porque ya todos somos diferentes”, sentencia.
Durante la jornada se ha puesto de manifiesto la importancia de educar a la población sobre las enfermedades mentales, reconocer que con una enfermedad mental bien controlada se puede hacer una vida normal, integrarse en la sociedad, estudiar, trabajar y relacionarse con los demás. Por tanto, la eliminación del estigma sobre los pacientes con enfermedad mental puede promover que sean atendidos antes, ampliar sus redes de apoyo, que la evolución y el pronóstico sean más favorables y que se reintegren lo antes posible en la sociedad.
“Según la OMS, 1 de cada 8 personas vive con un trastorno de salud mental. Además de desarrollar nuevos y mejores tratamientos médicos, desde Lundbeck tenemos el objetivo de mejorar la realidad de estos pacientes y acabar con el estigma, miedo y silencio que rodea a la enfermedad mental. Lo hacemos aumentando el apoyo a las familias afectadas y fomentando la aceptación social integral de estas personas con el desarrollo de iniciativas como esta”, concluye la Dra. Susana Gómez-Lus Centelles, directora del departamento médico y de acceso al mercado de Lundbeck.
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