Hacer ejercicio de forma regular nos hace sentirnos más alegres, algo clave para enfrentarnos con más garantías a los retos diarios. No solo se trata de cuidar el aspecto físico, múltiples estudios científicos avalan que tiene efectos beneficiosos en la salud mental, porque protege el cerebro de condiciones neurodegenerativas, y brinda sensaciones de bienestar, alegría y optimismo, se liberan endorfinas, aumenta la energía, la autoconfianza, la autoestima, a la vez que favorece la relajación y el alivio del estrés, conecta cuerpo y mente, y ayuda a dormir mejor.
En las personas que hacen actividad física regularmente, sobre todo quienes practican ejercicios de fuerza y resistencia -con pesas, máquinas o el peso del cuerpo- se liberan las hormonas de la felicidad: serotonina, dopamina, endorfina y oxitocina. Cuando estos neurotransmisores “escasean” hay sensaciones de tristeza y desequilibrio emocional.
De acuerdo a los estudios científicos, el nivel de serotonina aumenta al incrementarse la actividad muscular y esta sustancia está relacionada directamente con el estado de ánimo y el control del estrés, por eso los especialistas recomiendan ejercitarse con peso de dos a tres veces por semana. La serotonina también está involucrada en la regulación de los estados de vigilia y descanso nocturno, por lo que favorece la conciliación de sueño.
Por su parte, el ejercicio aeróbico intenso como correr o andar en bicicleta estimula la segregación de dopamina, que además de ser parte del “cóctel de la felicidad”, mejora las capacidades de aprendizaje y memoria. Basta con 20 minutos de este tipo de actividad para recibir todos sus beneficios.
La oxitocina, que es conocida como la “hormona del amor” también se libera al ejercitarse y se multiplica su efecto sobre todo en clases grupales. Este neurotransmisor “se activa” cuando se comparte y se socializa con otros, por lo que favorece nuevas amistades y relaciones sociales.
Las endorfinas son otro grupo de sustancias que se segregan al hacer ejercicio y, además de brindar bienestar, se consideran los analgésicos naturales del cuerpo.
Ejercicio neuroprotector
La actividad física regular también tiene un efecto neuroprotector del cerebro porque lo mantiene saludable y retrasa las condiciones neurodegenerativas. Los especialistas señalan que favorece la neurogénesis, que es la creación de nuevas neuronas; favorece la conexión y transmisión de información neuronal, repara las lesiones neuronales y mejora la neuroquímica cerebral.
Además, la actividad física aeróbica aumenta el tamaño del hipocampo, que es el órgano responsable del aprendizaje y la memoria verbal.
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