Lorenzo Bazzoni
Con la llegada del metaverso, ese espacio virtual colectivo que fusiona realidad física y digital, en el que los usuarios interactúan a través de sus “avatares”, están surgiendo nuevas oportunidades en el manejo de los pacientes dermatológicos. El metaverso ofrece múltiples aplicaciones: la mejora de las teleconsultas, la planificación quirúrgica inmersiva, o la formación virtual con modelos 3D de la piel, son solo algunos ejemplos de lo que puede llegar a dar de sí esta tecnología. Así lo han manifestado los especialistas reunidos estos días en Santiago de Compostela, con motivo de la celebración del 50º Congreso Nacional de Dermatología y Venereología.
“Las posibilidades que ofrece el metaverso en el campo de la dermatología pueden ser infinitas”, ha explicado la Dra. Miriam Fernández-Parrado, dermatóloga del Hospital Universitario de Navarra. Para ella, “el metaverso puede significar un paso hacia delante en la teledermatología, que se ha impulsado y afianzado con la pandemia”. Estos últimos años nos han demostrado que es posible realizar on-line una parte de las revisiones, lo que ha supuesto un importante ahorro de tiempos y costes, junto a una mayor eficacia en el cribado inicial y la detección precoz de las patologías graves.
En conjunto, se calcula que el porcentaje de casos potencialmente manejables a distancia podría superar el 70%. “No se trata de sustituir la consulta presencial, sino de buscar una alternativa de calidad que, lejos de deshumanizar la relación médico-paciente, responda a las necesidades crecientes de estos últimos”, ha insistido la dermatóloga.
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En el ámbito de la práctica clínica, facilitar el acceso al “dermoverso” –juego de palabras que aúna dermatología y metaverso- puede ayudar a reducir el dolor y abstraer la mente del paciente, en especial durante las consultas presenciales que requieren de intervenciones molestas o incómodas (curetajes, biopsias, etc.) “Esto es particularmente efectivo en dermatología pediátrica, ya que los ambientes inmersivos de la realidad virtual pueden contribuir a la relajación de los niños”, explica la doctora, quien también ve posibles aplicaciones para los pacientes que necesitan ser intervenidos quirúrgicamente, a quienes el metaverso permitiría vivir simulaciones de sus operaciones, antes de someterse a ellas, con el fin de reducir la ansiedad y las dudas inherentes a estos procesos.
Al mismo tiempo, el “dermoverso” puede ser una herramienta útil para cuidar de los pacientes con problemas para desplazarse hasta un hospital, mediante el acceso a explicaciones inmersivas relacionadas con los tratamientos a seguir, para facilitar así la adherencia a los mismos, junto con la posibilidad de interaccionar y compartir experiencias con otros pacientes. Otra posible aplicación, señala la Dra. Fernández-Parrado, se refiere a las compras online: “las personas con dermatitis alérgicas de contacto que realicen compras en el metaverso podrán personalizar su avatar y registrar los productos que les producen alergia, de manera que al realizar la compra sean alertadas en el caso de contener alguno de esos componentes”.
Pero no solo se beneficiarán los pacientes: gracias al aprendizaje virtual, los médicos podrán adquirir también nuevos conocimientos, o actualizarlos, a través de modelos de piel en realidad aumentada de tumores y otras lesiones dermatológicas, o mediante cursos de simulación inmersiva que faciliten el aprendizaje. El uso de “gemelos digitales” (modelos digitales que copian la anatomía, elasticidad de la piel, u otras características propias del paciente), por ejemplo, puede serles útil a la hora de tomar decisiones quirúrgicas y de practicar las intervenciones, antes de acudir al quirófano.
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Según el estudio “Cómo ve el mundo el metaverso y la realidad extendida”, que recoge los datos de 29 países para los próximos diez años, uno de los mayores impactos de esta tecnología se prevé en el ámbito de los recursos relacionados con la salud (59%), por delante incluso del comercio de activos digitales (NFT, coleccionables, criptomonedas, etc.). A pesar de que es difícil predecir cuándo estará operativo el “dermaverso”, la Dra. Fernández-Parrado asegura ser “tecno-optimista” y está convencida, al igual que el Dr. Héctor Perandones, dermatólogo en el Complejo Asistencial Universitario de León, con quien comparte la pasión por las nuevas tecnologías y la autoría del artículo A new universe in Dermatology: From metaverse to Dermoverse, de que, “si podemos imaginarlo, podemos crearlo”.
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La IA, una oportunidad para automatizar los diagnósticos
Aunque no llegue nunca a sustituir al especialista, la inteligencia artificial (IA) se ha convertido en una gran aliada para los dermatólogos. La IA es una rama de las ciencias de la computación que trata de diseñar herramientas informáticas que simulen procesos de inteligencia humana, las cuales incluyen el aprendizaje, el razonamiento y la autocorrección. Mediante diversos algoritmos, las máquinas ‘aprenden’ y son capaces de ‘tomar decisiones’.
Esta herramienta se ha convertido en los últimos diez años en una gran aliada de la especialidad de la Dermatología, con la aportación de novedosas técnicas que facilitan el diagnóstico y tratamiento de los pacientes. Son muchas las aplicaciones que la IA ya es capaz de aportar a la práctica dermatológica: en la actualidad se utiliza, entre otras cosas, para establecer diagnósticos diferenciales precisos frente a patologías comunes como la psoriasis, la dermatitis atópica o el acné, así como para el desarrollo de protocolos terapéuticos personalizados y la predicción de resultados a medio y largo plazo.
En dermatología oncológica, la IA ha contribuido a automatizar el diagnóstico de los tumores cutáneos, al permitir diferenciar entre lesiones melanocíticas y no melanocíticas, favorecer el diagnóstico temprano y ayudar a generar sistemas de cribado capaces de priorizar los casos en función de su gravedad. Además, los modelos algorítmicos de predicción generados a partir de los datos anonimizados de millones de pacientes permiten predecir con mayor eficacia la progresión de los tumores.
Acerca de la AEDV
La Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) es una entidad centenaria a la que están adscritos la práctica totalidad de los dermatólogos españoles (97%) y pretende ser el punto de unión entre ellos. La AEDV tiene por objeto fomentar el estudio de la piel y de sus enfermedades en beneficio de los pacientes.
Accede a la Web del 50º Congreso AEDV en este enlace
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