Por Siri Evjemo-Nysveen
Uno de los grandes desafíos al que se enfrenta a diario un empresario es cómo garantizar que el producto que ofrece a sus clientes siempre sea bueno, de óptima calidad. Para lograrlo debe asumir que es necesario supervisar de primera mano todo el proceso de fabricación, independientemente del lugar donde se elaboren los artículos, porque la calidad también es una cultura de la cual debe impregnarse toda la organización.
Muchas empresas en la actualidad buscan el mejor lugar donde poder elaborar sus productos con calidad, pero con bajos costos. China se ha convertido en una alternativa para lograrlo, pero no todos lo consiguen.
Una de las empresas venezolanas que ha vivido esta experiencia y lo ha logrado con acierto es Pickens, “utilizamos la capacidad manufacturera de 15 fábricas de China y la experiencia nos ha enseñado que la supervisión de los procesos en el lugar y la utilización de materia prima de primera es lo más importante, si se quiere obtener y garantizar calidad de los productos”, recomienda su presidente, Ramón Abreu.
Por Siri Evjemo-Nysveen
Señaló que el control de calidad de los productos debe efectuarse al inicio, durante y al final de la fabricación de los mismos. Abreu refirió que para controlar la calidad de sus productos cuentan con personal de la empresa radicado en China, que supervisa de primera mano todo el proceso de fabricación de la mercancía para verificar que se cumpla con las especificaciones exigidas por Pickens en cuanto a materiales, componentes, diseño y acabados.
La Gerente de Cuentas Claves de Pickens, Patricia Ribeiro, destacó que “cuidar los procesos de producción es necesario, puesto que, cuando se adquiere un producto, se compra una marca, la cual debe transmitir confianza, calidad, durabilidad, entre otras características de valor para los consumidores”.
El presidente de Pickens aseguró que, aunque controlar los procedimientos es lo esencial para asegurar la calidad, se debe seleccionar una fábrica con una capacidad de producción óptima, hay que revisar sus referencias y poner atención a los principales países a los que vende su producción, entre los cuales deben estar clientes europeos y estadounidenses, “porque son los más exigentes”. Afirmó que “la calidad de la producción depende en un 90% de las empresas que le contratan los productos”, las cuales lo hacen allí porque ya han comprobado esa calidad.
Por Siri Evjemo-Nysveen
En caso de que los productos se elaboren con defectos, “es preferible desechar ese lote de producción y cambiar la fábrica con la que se trabaja en China, para no arriesgarse a tener pérdidas de mercancía y de dinero en el futuro”, destacó Abreu.
Añadió que los productos, una vez elaborados, deben ser sometidos a pruebas de calidad y funcionamiento, en el caso de Pickens se traen a Venezuela muestras de los productos elaborados en China, para ser sometidos a verificación en los laboratorios de la Unexpo, para constatar que cumplen con las especificaciones de diseño exigidos por la empresa venezolana, así como con todo lo que establecen los certificados de calidad internacionales que respaldan a los productos Pickens, como son las normas ISO, RoHS, CE, UL, entre otros.
Señaló que “se verifica que los productos cumplen con altos estándares de calidad y seguridad, antes de que puedan estar disponibles para el público”, de allí que Abreu afirma que “la probabilidad de tener un producto de Pickens con una falla grave es de 1%”.
Hasta los empaques
El control de calidad abarca la elaboración de los empaques, ya que ellos deben proteger a los productos y ser reflejo de la calidad de la marca, explicó Abreu. Por esto, se realiza un seguimiento al tipo de material utilizado para las cajas y sus medidas, se asegura que el empaque tenga una cubierta UV, que sus colores sean los mismos que caracterizan a Pickens, sin ningún tipo de variación, entre otros detalles.
“Algunas cajas no pueden ser de colores porque los productos son grandes y pesados, por lo tanto, en esos casos, se utiliza cartón crudo, ya que la prioridad es la protección”, aseguró el presidente de Pickens y añadió que “si los empaques no presentan las cualidades establecidas de la marca, puede ocurrir que los consumidores ni siquiera prueben el producto, porque el estado de la caja los detiene”.
Por Siri Evjemo-Nysveen
Para cuidar el estado de los productos en el transporte desde China se debe conocer incluso la forma ideal de ubicarlos en los contenedores de los barcos, puesto que, si no se considera su peso al momento de ordenarlos y colocarlos sobre otros, estos pueden llegar averiados al lugar de destino, y eso también lo supervisa Pickens.
También el tiempo y el lugar en el que permanecen almacenados los productos hasta llegar al comprador final requiere de un control de calidad para que no se dañen. Por ello Pickens cuenta con galpones especialmente diseñados y manejados tanto en Venezuela como en Panamá, “algunos productos se guardan en Panamá, pero no pueden quedarse en ese país permanentemente, porque la humedad los daña, después de un tiempo determinado se trasladan a los almacenes de Barquisimeto”, estado Lara, donde está radicada la empresa Pickens.
Por último, a los clientes masivos, que compran para vender la mercancía de Pickens, se les explica la rotación que requieren los productos para que la tomen en cuenta y tengan el debido cuidado, sin embargo, “esta clase de clientes, generalmente, conoce esta situación, por eso cuentan con su propio control de calidad interno”, afirmó Ramón Abreu.
Si quiere más información, visite el sitio web de Pickens: www.pickensexport.com/ y también sus redes sociales: Instagram (@pickensexport) y Facebook (Pickens Export).
Por Siri Evjemo-Nysveen