La silla EMSella: una innovadora terapia no invasiva

Por Flavio Borquez Tarff

El prolapso es una patología ginecológica que se caracteriza por el debilitamiento de los músculos y tejidos del piso pélvico, los cuales permiten mantener en su lugar órganos tan importantes como la vejiga, el útero, la vagina y parte del intestino.

Según la doctora Carmen Navarro, ginecólogo obstetra, endocrinólogo de la reproducción y director médico de The Women Care Center, una mujer puede sufrir de un prolapso a cualquier edad, porque esta patología está muy relacionada con el número de partos vaginales, así como con la cantidad de embarazos. “Aunque el parto sea por cesárea, el solo peso del embarazo promueve el debilitamiento de los músculos del piso pélvico. Esto representa un factor de riesgo para que se desarrollen los prolapsos”, afirma.

¿Qué pasa si se debilitan los músculos del piso pélvico?

Explica la especialista que el debilitamiento del piso pélvico en las mujeres puede traer como consecuencia que se prolapsen los órganos por el orificio de la vagina, especialmente el útero, la vejiga e incluso el recto.  “Los prolapsos genitales también se dan en personas que desde temprana edad practican ejercicios de alto impacto, aquellos que levantan pesas, los que hacen crossfit, fisicoculturismo. También, en obesos o con sobrepeso y que después rebajan, pues sus músculos quedan dilatados y eso hace que se debiliten”.

Por Flavio Borquez Tarff

Una alimentación rica en carbohidratos y baja en proteínas y minerales también posibilita la debilidad de los músculos del piso pélvico; al igual que el cigarrillo, que compite con la hemoglobina por el transporte de oxígeno. Adicionalmente, las personas diabéticas, quienes sufren de herpes genitales, enfermedades autoinmunes o inflamatorias crónicas, aumentan los factores que predisponen al debilitamiento del piso pélvico.

Síntomas del prolapso

El prolapso se manifiesta en la mujer como un peso y presión en la vagina, especialmente cuando puja. Es doloroso y si se trata del útero, sentirá como si le saliera una masa por la vagina (Colpocele). “Cuando el prolapso avanza, puede arrastrar la pared anterior de la vejiga, presentándose la incontinencia urinaria. Pero si arrastra la pared del recto, entonces va a presentar además problemas con la defecación”, asegura la doctora.

De acuerdo con la especialista, los prolapsos se clasifican en cuatro grados y el tratamiento dependerá de la edad de la paciente y de si quiere o no conservar su fertilidad. “Si la paciente no quiere preservar la fertilidad y es un prolapso grado 3 o 4, lo mejor será extirpar el útero y hacer un levantamiento del piso pélvico.” Pero, si es un prolapso grado 1 o grado 2, y se quiere conservar su fertilidad, los médicos recomiendan los ejercicios de Kegel, que son contracciones voluntarias de los músculos del piso pélvico que la paciente debe realizar todos los días. “Necesitará un mínimo de 4 mil 500 ejercicios de Kegel, unos 50 diarios por 90 días, para que logre recuperar entre 15 y 20% de ese piso pélvico. Las mujeres que tienen prolapso les duele, les molesta y abandonan los ejercicios muy rápidamente”, explica.

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Cuando una paciente tiene un prolapso grado 1 o 2 y no acude a tratamiento, muy probablemente avanzará al grado 3 o 4 e inevitablemente irá a una mesa quirúrgica.

Una alternativa de gran impacto positivo

La doctora Navarro ofrece la terapia electromagnética focalizada, a través de la silla EMSella® BTL, un novedoso tratamiento que permite fortalecer el suelo pélvico. “Es una tecnología avalada por la FDA y por la Comunidad Científica Europea, a través de la cual se genera un campo electromagnético focalizado que dispersa su onda desde el centro de la silla hacia el área del periné”, explica Navarro; al tiempo que agrega que EMSella® BTL suma notorios aportes en la mejoría de la sexualidad integral tanto de mujeres como de hombres, favoreciendo en ellos la potencia sexual.

La silla proporciona contracciones supra máximas de las fibras musculares.  Una contracción electromagnética con EMSella® BTL dura de 2 a 3 segundos, y en ese breve tiempo el paciente va a tener 250 pulsos electromagnéticos, estimulando las fibras musculares para recuperar el piso pélvico que se perdió y recoger el prolapso. “Este procedimiento lo recomendamos para prolapsos grado 1, 2 y máximo 3. Pero ya en el grado 4, hay que operar”, advierte la doctora.

Por Flavio Borquez Tarff

El tratamiento especial para el prolapso es exclusivo de The Women Care Center, primer y único centro con esta tecnología en Venezuela. Es un protocolo muscular que se basa en dos sesiones de 28 minutos, durante las cuales la silla EMSella® BTL produce 11.800 Kegel en cada sesión. “La paciente va a tener casi 24 mil Kegel en menos de una hora. Siempre recomendamos un mínimo de seis sesiones”, dice la especialista.

Una terapia efectiva, no invasiva e indolora 

Para el tratamiento la paciente no tiene que desvestirse. Puede llevar un libro o una revista para leer mientras apenas siente unas pequeñas esferas dando toques en su piso pélvico, con 33 frecuencias distintas durante el proceso.

En el caso de los hombres, sobre todo aquellos que hacen ejercicios de alto impacto, los fumadores o quienes tuvieron mucho peso corporal y luego rebajaron, el debilitamiento del piso pélvico tiene graves consecuencias: pérdida de su potencia sexual, dificultad para controlar sus micciones, al igual que las evacuaciones.

Por Flavio Borquez Tarff

“Para aquellos con trastornos de la próstata, que tienen vejigas neurogénicas y orinan frecuentemente, tenemos dos protocolos especiales: uno para recuperar la parte funcional de todo lo que tiene que ver con la próstata y el músculo, y otro para su disconfort íntimo, y mejorar lo que tenga que ver con su sexualidad.”

The Women Care Center se encuentra ubicado en Terrazas del Club Hípico, en el nivel C2 del Centro Comercial Terras Plaza, donde cuenta además con consultorios, salas de examen, terapias, masajes y un pequeño quirófano para brindar atención integral a la mujer en cualquier etapa de su vida.  Para mayor información: @tenerbebe.

Por Flavio Borquez Tarff