Por Flavio Borquez Tarff
El dolor afecta la vida de millones de personas en los Estados Unidos cada día, y mejorar la atención del dolor y la vida de los pacientes con dolor es imprescindible para la salud pública. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) están divulgando recomendaciones actualizadas y ampliadas para los médicos que proporcionan atención para el dolor a pacientes ambulatorios adultos con dolor de corta y de larga duración. Estas recomendaciones clínicas, publicadas en las Directrices de los CDC de prácticas clínicas para la prescripción de opioides para el dolor, ayudarán a los médicos a trabajar con sus pacientes para garantizar que se provea la atención para el dolor más segura y eficaz. La publicación actualiza y remplaza las Directrices de los CDC para la prescripción de opioides para el dolor crónico difundidas en el 2016.
“Los pacientes con dolor deben recibir atención para el dolor compasiva, segura y eficaz. Queremos que los médicos y los pacientes tengan la información que necesitan para sopesar los beneficios de los diferentes enfoques de la atención del dolor, con la meta de ayudar a las personas a reducir el dolor y mejorar su calidad de vida”, dijo Christopher M. Jones, PharmD, DrPH, MPH, el director interino del Centro Nacional para la Prevención y el Control de Lesiones.
Las Directrices de prácticas clínicas del 2022 abordan las siguientes áreas: 1) cómo determinar si iniciar o no tratamiento con opioides para el dolor, 2) cómo seleccionar los opioides y determinar la dosis, 3) cómo decidir la duración de la prescripción inicial de opioides y hacer el seguimiento, y 4) cómo evaluar el riesgo y abordar los daños potenciales del uso de opioides. Las Directrices de prácticas clínicas promueven el pilar de la prevención primaria de la Estrategia de prevención de sobredosis del HHS: promover la creación y promoción de tratamientos basados en la evidencia para el manejo eficaz del dolor.
Por Flavio Borquez Tarff
Las directrices son una herramienta clínica para mejorar la comunicación entre los médicos y los pacientes, y empoderarlos para que tomen decisiones informadas sobre la atención para el dolor segura y eficaz. Las recomendaciones son de aceptación voluntaria y proveen flexibilidad para los médicos y los pacientes para promover la atención individualizada centrada en el paciente. No deberían usarse como una política o ley inflexible, que se aplica a todos, ni aplicarse como un estándar rígido de atención o para remplazar el razonamiento clínico sobre el tratamiento personalizado.
Los CDC siguieron un proceso científico riguroso utilizando la mejor evidencia disponible y consultas con expertos para crear las Directrices de prácticas clínicas del 2022. Un comité asesor federal independiente, cuatro revisores expertos y miembros del público revisaron el borrador de las directrices actualizadas, y los CDC las revisaron en respuesta a estos comentarios para promover un proceso colaborativo y transparente. Los CDC también buscaron la participación de pacientes con dolor, cuidadores y médicos para obtener información y recibir comentarios de las personas directamente afectadas por las directrices. Las directrices ampliadas buscan garantizar el acceso equitativo a la atención del dolor eficaz, informada, individualizada y segura.
“La ciencia de la atención del dolor ha avanzado en los últimos seis años”, dijo Debbie Dowell, MD, MPH, la funcionaria jefa de investigación clínica de la División de Prevención de Sobredosis. “Durante este tiempo, los CDC también han aprendido más de personas que viven con dolor, de sus cuidadores y de sus médicos. Hemos podido mejorar y ampliar nuestras recomendaciones al incorporar nuevos datos con una mejor comprensión de las experiencias vividas por las personas y de los retos que enfrentan al manejar el dolor y la atención del dolor”, agregó.
Los CDC continuarán trabajando para mejorar la seguridad de los pacientes y los resultados al equipar a los profesionales de atención médica y a los pacientes con datos, herramientas y directrices que necesitan para tomar decisiones informadas sobre el tratamiento. Las Directrices de prácticas clínicas del 2022 apoyan a los pacientes y los médicos que trabajan juntos para tomar decisiones informadas e individualizadas sobre la atención del dolor segura y eficaz.
Hay materiales adicionales relacionados con las directrices disponibles para los pacientes y los médicos.
Por Flavio Borquez Tarff
Fuente: CDC
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