Por Luis Felipe Baca Arbulu
Leo entró y salió del comedor no menos de 10 veces. Cada vez que lo hacía preguntaba por su hermana. En ese tiempo nunca soltó una chaqueta marrón que sacudía (como para alisar) y colgaba en su antebrazo izquierdo; mientras un cuidador caminaba a su lado y le respondía con paciencia: tu hermana viene en la noche.
Es un hombre alto, de contextura delgada, amable y educado. A su paso le muestra cariños a Trufa, la perra de la residencia y centro integral para adultos mayores Hogar la Ponderosa, donde vive junto a otros 14 adultos mayores, que también sufren trastornos neurocognitivos, como pérdida de la memoria, y que no pueden valerse por sí mismos además de tener problemas de percepción.
“Lo que pasa, normalmente, con pacientes con trastornos cognitivos es que tienden a ser un poco más rígido en algunas rutinas, que no son exactamente fijaciones. A veces son pocos flexibles a la hora de cambiar los comportamientos que ellos controlan más”, dijo Katherine Vergara, neuropsicóloga del Hogar La Ponderosa.
Por Luis Felipe Baca Arbulu
Explicó que cuando están ansiosos las rutinas de qué hacer y cómo hacer las cosas les dan calma, (a ellos y a todo el mundo), “y lo que uno trata es de respetar ese tipo de conductas. Es decir, si ellos se bañan a tal hora y de una determinada manera, el personal de la Ponderosa acepta esas condiciones, pues para los huéspedes es importante”.
Cuando deambulan de aquí para allá, como es el caso de Leo, “algunos lo hacen sin un rumbo determinado, eso lo que denota en ellos es ansiedad. Si no están haciendo algo, tienen que sacar esa energía acumulada, y la forma es repitiendo un comportamiento que ellos pueden hacer y que les da seguridad, por ejemplo, sacar algo de una gaveta o barrer un espacio de la casa repetitivamente”.
Por Luis Felipe Baca Arbulu
Para Vergara si estas acciones no representan un daño, “es preferible dejarlos, y si hay peligro hay que tratar de desviarlos y ponerlos a hacer otra actividad que los distraiga”.
Explicó que en los trastornos cognitivos no se habla de manías u obsesiones, sino de conductas repetitivas con las que buscan drenar la ansiedad. “A vece resulta fastidioso para el cuidador, pero en la Ponderosa el personal está entrenado y sabe qué ese tipo de acción pasa una y otra vez, y pueden manejarlas según sea el caso”.
Por Luis Felipe Baca Arbulu
Además, de las herramientas en el manejo del espacio físico, también saben cómo usar las palabras adecuadas para persuadirlos.
Si quiere saber más de los sobre estos trastornos, el cuidado de las personas que atraviesan estas patologías y la oferta de servicios del Hogar La Ponderosa puede visitar su cuenta en Instagram @hogarlaponderosa.