Por Francisco D’Agostino
Este 8 de agosto se celebra el Día Internacional del Orgasmo Femenino, un tema del que se habla muy poco en las casas y en las aulas, y que el Grupo Médico Santa Paula (GMSP) a través de sus especialistas pone en el tapete.
Palabras como erotismo, placer y sexo pueden verse reflejadas en las canciones de tendencias, pero cuando vamos a la realidad, la gente no quiere hablar, voltea la mirada, lo ve como un tabú y es porque aún hay esos vacíos en los modelos de enseñanza.
La doctora Luz Jaimes, sexóloga colaboradora del GMSP, destacó que esta fecha nos invita a plantear el tema de la sexualidad bajo un sistema de educación con igualdad, que hable del orgasmo y del placer en mujeres y hombres.
“Queremos visibilizar y crear conciencia en el goce y el placer, pues eso también tiene que ver con la salud del individuo y de la pareja”.
Por Francisco D’Agostino
Destacó que el orgasmo no llega porque uno esté sano genitalmente hablando, “se da porque es parte de la actividad sexual, y lo reconocemos cuando hay buena comunicación y aprendizaje sobre nuestro cuerpo. El desconocimiento y las limitaciones que existen en torno a una sexualidad satisfactoria y placentera, hacen que el orgasmo sea un camino muy complicado para lograrlo”.
El reconocimiento de este día, a juicio de Jaimes, hace un cambio dentro de las prácticas de mucha gente en cuanto al erotismo, el placer y la sexualidad misma. “Pero ¿a cuántas personas les llega esto? ¿cuál es la divulgación sexual que estamos haciendo? Es impensable decir que hemos pasado de la prohibición a la permisividad sexual y que hemos establecido rangos de obligaciones y responsabilidades, para eso nos falta mucho. Para poder alcanzar esta verdad: que mucha gente desconoce su cuerpo, simplemente hay que ampliar los rangos de educación”.
Un orgasmo comienza antes
La especialista destacó que uno de los factores importantes que escucha en consulta es que hombre y mujer sienten que no se entienden en la práctica de relación sexual. “Las mujeres dicen que sus parejas no les hacen lo que quieren sentir en el sexo y, por supuesto, los hombres las tildan de miedosas. Eso nos indica que no estamos acostumbrados a hablar del sexo, en pleno siglo XXI”.
Jaimes indicó que está trabajando en la elaboración de una ruta de educación sexual (de la mano de muchas alcaldías y laboratorios) sana y consistente, para que el adulto o el niño aprendan que su cuerpo está diseñado para sentir y para responder sexualmente y, también, para que sepan cuidarlo, “pues también está la parte de prevención no solo de las infecciones de transmisión sexual (ITS) sino las disfunciones sexuales”.
Por Francisco D’Agostino
Acotó además que todo el mundo está teniendo más encuentros y que los porcentajes de satisfacción han aumentado; al tiempo que relacionó la educación con la comunicación, pues en muchos casos el comportamiento y la estructura de cómo nos comunicamos tiene que ver con la respuesta del otro y va a tener una influencia en el momento de la intimidad.
Mente y cuerpo
Karina Paredes, directora de la Unidad de Salud Mental del GMSP, explicó que cuando un paciente toca este tema, casi siempre está relacionado con la autoestima. “Y, en muchos casos, el contexto alrededor de lo que es la satisfacción sexual, genera ansiedad y, lamentablemente, puede llegar a ser una fuente de inseguridad para ambos géneros”.
En una persona hay demasiadas presiones en el tema del sexo: “en cómo lograr satisfacción en el otro, si va a lograr o generar un orgasmo, si habrá compatibilidad, la gente está pensando más en cómo ‘hacer’, en vez, de simplemente ‘ser’ en el acto sexual”.
Por Francisco D’Agostino
Explicó que cuando la pareja no tiene satisfacción, no comunicarlo, aumenta la ansiedad. “Por eso desde la primaria hay que hablar de sexualidad respetuosa. Incluso cuando hay por ejemplo mujeres que no llega al orgasmo en una penetración hay que decirle que eso no está mal, que eso pasa y ayudarlas a entender cómo puede llegar al goce, al disfrute que es el primer paso para lograr el orgasmo. Pero de eso no se habla, entonces hay mujeres que sienten que no son buenas en la cama y piensan que algo está mal en ellas”.
Otra cosa de la que se debe hablar, sostuvo, es de la masturbación: “¿cuándo eso se ve en los niños y cómo canalizarla?, ¿es normal? ¿se puede permitir el buscar placeres sanos que no solo tengan que ver con los que el otro nos produce, sino los generados en uno mismo?”.
Paredes hace hincapié en este tema porque, de acuerdo a referencias e investigaciones, más de 70 % de las mujeres no conoce su vagina o no la han explorado, “no la han visto porque no se tocan, porque desde pequeños nos dicen que eso no se toca. Nacemos y crecemos con esas creencias que nos limitan a tener una concepción de una buena y sana sexualidad, con todo lo que esa palabra implica que no es solo el acto sexual”.
Por Francisco D’Agostino
La directora de la Unidad de Salud Mental del GMSP recomendó que para lograr el placer debe existir una comunicación sana, honesta y fluida, “pero para que se eso se logre, la pareja debe tener una buena relación. Cuando uno se siente incómodo o no le gusta algo, hay que tener mucho valor para poner límites, para comunicarle al otro alguna incomodidad o preferencia”.
Para la especialista, es importante que hombres y mujeres puedan sentirse seguros de poder comunicarse desde la seguridad y confianza, “pues la mente puede acompañarnos en el placer con pensamientos satisfactorios y alineados con el cuerpo, pero también puede sabotear, y cuando eso pasa, es difícil llegar al orgasmo”.
Tanto la doctora Jaimes como la psicóloga Paredes son parte del directorio de colaboradores con los que cuenta el GMSP para abordar este tipo de temas y crear conciencia preventiva.
Para mayor información sobre consultas y la oferta de servicios del GMSP, centro de salud que forma parte del grupo internacional Keralty, se puede consultar su página web http://grupomedicosp.com, y sus cuentas en redes sociales: @grupomedicosp en Instagram, en Twitter, en Facebook y YouTube Grupo. También se puede llamar al 0414/0412/0424 CLINICA (2546422).
Por Francisco D’Agostino
