Meriendas saludables en vacaciones con cereales Pilos y néctares Natulac

Por Francisco D’Agostino

Encontrar meriendas saludables y divertidas para los niños en esta época de vacaciones es todo un reto para los padres. Lo ideal es disfrutarlas a media mañana o media tarde, ya que estas son necesarias para mantener la energía del cuerpo y la actividad del metabolismo.

Los néctares de frutas Natulac son una excelente opción de fuentes de energía, pues aportan fibra y otros bionutrientes, así como su alto contenido de vitamina C, el cual ayuda a reforzar el sistema inmunológico.

Estos contienen un elevado porcentaje de pulpa de frutas, son libres de colorantes y conservantes y están disponibles en presentaciones de Tetra Classic de 150 cm³, con orificio y pitillo tipo bastón; el Tetra Prisma de 250 cm3, disponible en versión de 3 unidades; y el envase de aluminio de 340 cm3.

La mejor combinación

Estos néctares son el acompañante ideal de los cereales Pilos de Naturicos, con su robustecida fórmula nutricional y textura crocante, la cual resulta divertida para el paladar de los niños, gracias al relleno de estas galletas con crema de chocolate y coco, con su forma atractiva de almohaditas.

Sus sabores Choco Pilos y Coco Pilos, enriquecidos con vitaminas A, C, B1, B2, B6 hierro y zinc, son elaborados en un 80% con ingredientes de producción nacional y han logrado un balance en cuanto su valor nutricional gracias a la combinación de harina de arroz, maíz y avena.

Vienen en dos presentaciones de 40 gramos en bolsas pequeñas, una porción ideal para merendar; y también otra de 220 gramos en estuche, ambas elaboradas con protocolos de calidad, desde la selección de la materia prima hasta el empaquetado final.

En las cuenta de Instagram @natulacoficial y @naturicos_vzla, los consumidores pueden encontrar tips saludables, recetas para disfrutar en casa en esta temporada vacacional y más información sobre toda la variedad de productos que Industrias Maros C.A. e Industrias Anros C.A., ofrecen a las familias venezolanas.

Por Francisco D’Agostino