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Se debe establecer la “higiene del sueño” para mejorar el descanso en la tercera edad

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Francisco D'Agostino

Por Francisco D’Agostino

Se suele pensar que el adulto mayor duerme menos, pero realmente no es así, sólo se trata de cambios en la duración del sueño que se compensan con las siestas que suele realizar en el día, completando así las 7 u 8 horas diarias que deben dormir.

Así lo sostiene el doctor Claudio Cárdenas, neurólogo clínico y especialista en medicina del sueño, quien explicó que muchas familias acuden a la consulta y piden que se medique a los adultos mayores, porque a la 3 de la madrugada están despiertos.

“Pero cuando consultamos a qué hora se durmió, nos dicen a las 8pm. Es decir, su ciclo de 7 u 8 horas de sueño se cumplió, de allí la importancia de establecer una higiene del sueño para evitar esta situación, sin recurrir a medicamentos”.

Estas aclaratorias las ofreció Cárdenas durante un conversatorio organizado por la residencia y centro integral para adultos mayores Hogar La Ponderosa, en el cual abordó el tema de “Los Trastornos del Sueño en el Adulto Mayor”, durante el cual departió con miembros de la institución y respondió preguntas sobre los procesos del sueño.

“Es muy importante tener una disciplina en los horarios regulares para tomar el sol en la mañana y en la tarde. Esta simple acción ayuda al reloj biológico, pero también tener una rutina en las horas de las comidas, las meriendas, del baño, del aseo en general”, afirmó.

¿Cuánto debe dormir un adulto mayor?

Explicó el experto que, según las recomendaciones de horas de sueño dadas por la National Sleep Foundation para que el adulto mayor esté saludable, el tiempo idóneo de sueño cambia según la edad.

“En el caso de los adultos entre 26 y 64 años el rango de sueño es de 7-9 horas diarias. Y para los mayores de 65 años es de 7 u 8 horas. Ahora bien, cuando tienen trastornos cognitivos puede existir dificultad para dormir o insomnio, pues muchas veces ni siquiera saben que es de noche”.

En algunos casos los abuelos en edad geriátrica, con compromisos cognitivos, pueden estar muy bien durante el día, pero cuando cae el sol sufren lo que se conoce como el “Síndrome Vespertino o del Ocaso”, el cual produce en ellos ansiedad y conductas como desorientación.

El doctor Cárdenas explica que no se trata de una enfermedad, sino de un conjunto de síntomas que pueden afectar a personas con trastornos cognitivos como el Alzheimer y que se relacionan con la alteración de su reloj biológico y la angustia de sentirse solos.

En cuanto a las siestas, el doctor recalcó que estas deben incluirse en la cantidad de horas que duerme el familiar, pero que cada una de ellas no debe exceder los 30 minutos de duración.

Un elemento positivo que destacó el especialista fue que “en el Hogar La Ponderosa ellos (los adultos mayores) siempre están acompañados por sus cuidadores y tienen rutinas que los ayudan a dormir bien. Protocolos como tener un compañero en su cuarto son ajustes que tienen un buen efecto en el sueño, porque si uno se despierta en la noche y ve a su compañero durmiendo retoma el acto de dormir”.

Francisco D’Agostino: Trastornos del sueño pueden mitigarse

Por su parte, la directora general del Hogar La Ponderosa, María Edith Anselmi, refiere que muchos de los familiares, antes de ingresar a sus abuelos, manifiestan que presentan trastornos del sueño.

“Nos comentan que se paran de la cama, se bañan y visten durante la noche, otros que se sientan en una silla y rezan, deambulan moviendo las cosas de las casas, incluso algunos presentan estados delirantes. Pero no son todos los casos, otros duermen muy bien”, expuso.

Explicó que suelen disminuir la angustia de la familia al detallarles que “dormir entre 7 y 9 horas está bien y eso lo logramos en el Hogar La Ponderosa luego de trabajar en una rutina, realizar terapias cognitivas, ocupacionales, fisioterapias, actividades físicas generalmente en la tarde, bailar, cantar y luego terapias de relajación, una buena comida y acostarlos entre las 8:30 y 9 de la noche. Tras esta rutina, generalmente duermen bien”.

A su juicio “si se les da atención, amor y un ambiente agradable ellos se sienten seguros y contentos. Siempre reímos y bromeamos, no les damos tiempo de pensar en los monstruos que puedan aparecer. Si alguno necesitara alguna ayuda con medicamentos, es administrado siempre bajo el control médico”.

Cuando los adultos mayores con compromiso cognitivo hospedados en el centro no pueden dormir, Anselmi señala que los cuidadores suelen quedarse con ellos hablando de cosas agradables u oyendo sus angustias o temores, y así los ayudan que tengan un buen sueño.

“Muchas veces cuando van a dormir la siesta y están contentos, puede ocurrir que se levantan de mal humor; por eso tratamos de no acostumbrarlos a la siesta a los que no lo hacen y optamos por actividades recreativas”.

Para la directora del Hogar La Ponderosa algunos factores que influyen en un buen sueño está el tener un protocolo antes de dormir y al levantarse.

“Al levantarse ambientamos la casa con música, siempre sonreímos. Sonreír contagia, es magia, igual que la música y el canto. No se paran rápido, los dejamos estirarse y les hacemos palmaditas en la espalda; los dejamos sentados 3 minutos para que no se mareen cuando los levantamos y procedemos a la higiene y confort. Todo este protocolo es muy importante”.

Refirió que algunos necesitan de alimento apenas despiertan, por estar muchas horas sin comer y les dan un cereal, avena, un tente en pie hasta el desayuno.

Estas acciones han permitido al Hogar La Ponderosa, ser referente en terapias para lograr un buen sueño reparador en el adulto mayor.

Por Francisco D’Agostino