La igualdad debería ser considerada como uno de los motores del desarrollo regional y como una estrategia para cerrar brechas estructurales en términos de ingreso, capacidades, productividad y acceso a bienes públicos, dijo este viernes 7 de diciembre Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), durante la XIII Conferencia Internacional sobre Desarrollo de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) celebrada en París.
Bárcena fue una de las expositoras en el primer panel del evento junto con James K. Galbraith, economista estadounidense y académico en la Universidad de Texas (Austin); Nizar Baraka, Presidente del Consejo Económico, Social y Ambiental del Reino de Marruecos; y Lucas Chancel, Codirector del World Inequality Lab en la Escuela de Economía de París.
Erradicar la cultura del privilegio que caracteriza a América Latina y el Caribe requiere abordar la desigualdad en el ingreso y en la distribución de la riqueza, así como la evasión fiscal, que representa 340.000 millones de dólares al año en la región (6,7% de su PIB), señaló la máxima representante del organismo regional de las Naciones Unidas en el encuentro dedicado a analizar “las desigualdades y la cohesión social”.
Estos temas son abordados en profundidad en el documento La ineficiencia de la desigualdad, la más reciente reflexión institucional de la CEPAL, presentada durante su trigésimo séptimo período de sesiones realizado en La Habana, Cuba, en mayo de este año. Allí se señala que la desigualdad es ineficiente y un obstáculo para el crecimiento, el desarrollo y la sostenibilidad en América Latina y el Caribe.
La primera década del siglo XXI estuvo marcada por avances en materia de desarrollo social en la región, ha explicado Bárcena. Se redujo la pobreza, se llevaron a cabo reformas a favor de la solidaridad en los sistemas de protección social, creció el consumo y se registró una mejora en la distribución del ingreso.
No obstante, en esta segunda década ha surgido una mayor resistencia hacia la promoción de la igualdad de derechos y la profundización de las reformas sociales, alertó, con recortes en el gasto social y limitaciones de los derechos laborales, entre otras medidas.
Las cifras del coeficiente de Gini, que mide la concentración del ingreso, son reveladoras en este sentido. La desigualdad promedio de la región se redujo 1,5% por año entre 2002-2008, 0,7% por año entre 2008-2014 y solo 0,4% por año entre 2014-2016.
Entre 2002 y 2008, 14 países registraron una disminución del 1% o más por año en el coeficiente de Gini, mientras que entre 2014 y 2016 solo 5 países registraron descensos de tal magnitud.
Pero la desigualdad no solo se manifiesta en la distribución del ingreso, insiste la CEPAL, sino también en una multiplicidad de ámbitos como el trabajo decente, la educación, la salud, el acceso a servicios básicos de calidad y a la protección social, en el uso de nuevas tecnologías, en la participación política y en el derecho a vivir en un medio ambiente limpio, por nombrar algunos.
Las desigualdades estructurales que persisten en la región, enfatizó Bárcena, impiden superar la llamada “trampa del ingreso medio” (como se le denomina a las dificultades que enfrentan las economías en desarrollo para encontrar nuevas fuentes de crecimiento tras haber alcanzado niveles medios de ingresos). Urge aumentar los niveles de productividad a través de la innovación, el cambio tecnológico y la producción de bienes y servicios intensivos en conocimiento, sostuvo.
La conferencia en París fue inaugurada por Rémy Rioux, Director General de la AFD, y Stefano Manservisi, Director General de Cooperación Internacional y Desarrollo de la Comisión Europea, y contó con la participación de personalidades como François Bourguignon, Profesor Emérito y ex Director de la Escuela de Economía de París, y Shanta Devarajan, Director Superior de Economía del Desarrollo del Grupo del Banco Mundial, entre otros.
Más información en www.cepal.org.